Estas son las marcas que hacen compatibles la originalidad y el buen diseño con el reciclaje y el reaprovechamiento
¿Qué tienen en común las bolsas de Daniel Chong, Numon y Reliee Studio, los abanicos de A Fan Of, los jabones Muchacha y las tazas KeepCup? No les falta color, cierto. Son productos de diseño local, a menudo producidos de forma artesanal, y los podéis encontrar en OMG BCN, obvio.
Ya sabéis que nuestro proyecto nació con el objetivo de dar visibilidad y hacer accesible el trabajo de los creadores de proximidad, pero hay algo más en todas estas marcas, y es que reivindican formas de hacer sostenibles. Sus producciones son “pequeñas”, se realizan de forma responsable, e incorporan materiales reciclados. Amantes como somos de los productos bien hechos y del planeta, creemos que diseño y sostenibilidad deben ir de la mano, pero atención con devaluar la segunda palabra de tanto usarla (y atención también al ‘greenwashing’). Luego estáis vosotras, que cerráis el círculo cuando os enamoráis de los proyectos con los que trabajamos en OMG BCN, del producto que además de ser estético abraza unos valores. ¿Con cuál os quedáis?
Mochila Slim y Book Holder de Daniel Chong.
Sonríe, por favor
Daniel Chong es una marca de mochilas y riñoneras de Lavapiés, y en el interior de sus bolsas una etiqueta nos invita a sonreír. Además de estar bien acabadas (sus productos se cosen con mimo en talleres de Elche, Pamplona y Madrid), usan tejidos de tapicería de algodón reciclado y tejidos obtenidos a partir de botellas de PET recicladas, pieles veganas, y pieles de curtición vegetal. Lo más obvio y lo que nos vuelve locas de Daniel Chong es su paleta de colores. Podéis elegir entre el modelo Book Holder, con apertura grande y un bolsillo exterior, o la mochila Slim. Lo mismo cuesta encontrar dos modelos iguales que elegir vuestro preferido.
Abanicos en acción de A Fan Of.
Que corra el aire
Los abanicos son buenísimos aliados en verano, y los de la marca A Fan Of tienen mucha miga: proponen una relectura colorista del accesorio tradicional para darnos aire, ventilar malos rollos y oxigenar el mundo. Se trata de piezas únicas realizadas artesanalmente con materiales y procesos sostenibles (madera de peral natural pulida y tejidos orgánicos teñidos con tintes certificados), y los estampados de los modelos Fresh roses y Creative Mind, a medio camino entre el naturalismo y la abstracción, nos tienen absortas.
Mochilas con historia
Hace tiempo que trabajamos con Numon, la marca de accesorios veganos y sostenibles producidos en Reus (Tarragona). Empezaron recuperando tejidos domésticos, cortinas, manteles y cubrecamas que eran demasiado bonitas como para quedar olvidadas en un armario. Sus mochilas hechas de retales –y por lo tanto, complementos muy únicos– gustaron y la marca ha ido creciendo sin perder su esencia. Además, cada vez tienen más en cuenta los materiales de sus bolsos y mochilas: trabajan con algodón reciclado y poliéster reciclado, y usan polipiel fabricada en Italia y certificada para los tirantes y las asas. Tener un Numon es conservar un pedacito de historia.
Los jabones artesanales de Muchacha.
Jabones para sentir
Sentimos que la artesanía textil vive un momento dulce y la lana es una de sus protagonistas. Quién sabe mucho del material y aprovecha todo su potencial es Muchacha, un proyecto con base en Tenerife que produce objetos bellos y funcionales, como los jabones Feelties. Estos se componen de la pastilla, a base de aceites de coco y oliva naturales, que se presenta con una cobertura de fieltro de lana que, además de tener propiedades excepcionales para la piel, es un lienzo para la creatividad. Cada jabón es una pieza única, hecha a mano, inspirada en los colores y la naturaleza de la isla.
Los bolsos paracaidistas de Reliee Studio.
El arte de reaprovechar
La práctica del reaprovechamiento de recursos nos parece interesante, y más cuando se materializa en proyectos como Reliée Studio. La marca de Barcelona da una segunda oportunidad a retales de corte, piezas con tara, restos de tejidos y piel que la industria desecharía y los transforma en bolsos, a través de un proceso de construcción muy artesanal. En sus creaciones se aprecia el gusto por la arquitectura, el arte, los viajes, y el ascendente mediterráneo.
Taza KeepCup Edición Corcho.
Con mi taza, y para llevar
Directas desde Australia, llegan las tazas KeepCup (se nos cola una marca que no es local, pero no podemos evitarlo). Lo tienen calculado; cinco cafés para llevar a la semana representan 250 tazas de un solo uso, y esto equivale a un dispendio de 9,21 kg de dióxido de carbono y 0,83 kg de plástico. ¡A qué esperamos para pasarnos a los recipientes no desechables? Tenemos afinidad con la marca porque reivindica el café de especialidad, la producción local y el respeto por el planeta, pero sobretodo, nos gustan sus tazas porque son un buen objeto de diseño.